Él, un enigmático ser inmortal, es mandado a la Tierra sin emociones ni identidad. No obstante, es capaz de tomar la manera de aquellos que lo rodean y que tienen un fuerte ímpetu.
Al comienzo, es una esfera. Entonces, imita la manera de una roca. Conforme la temperatura desciende y la nieve cae sobre el musgo, hereda el musgo. En el momento en que un lobo herido y solitario llega cojeando y se tumba para fallecer, adopta la manera del animal. Por último, gana conciencia y empieza a atravesar la tundra vacía hasta el momento en que conoce a un pequeño.
El pequeño vive solo en un pueblo espectro, que los adultos abandonaron hace bastante tiempo en busca del paraíso que diríase que hay mucho alén del mar inacabable de tundra blanca. No obstante, sus sacrificios fueron en balde, y ahora el pequeño se halla en un estado crítico.
Adquiriendo la manera del pequeño, emprende un viaje sin fin, en pos de nuevas experiencias, lugares y personas.